Largas caravanas de llamas recorrían el desierto, cruzándolo desde el Noroeste Argentino hasta el Pacífico. Deteniéndose en algunos lugares para descansar, alimentar sus llamas, probablemente intercambiar productos y dejar mensajes para los que vendrían después. En estos lugares de descanso, se han encontrado hermosos dibujos en la roca, que representan rebaños de camélidos, hombres con sus tocados de plumas, animales domésticos (perros) y silvestres (flamencos, zorros, vizcachas), e incluso animales de la selva, como monos. Estos artistas dibujaban su historia, representando su vida y entorno. Existe un hermoso dibujo, el llamado Dragon de dos Cabezas, que según los pastores de la zona representa una llama pariendo.