Tour San Pedro de Atacama Chile
Ubicadas a unos 30 km, al sur de San Pedro de Atacama, dentro del Gran Salar de Atacama, sorprenden por sus variedades de lagunas.
En primer lugar la de Cejas, de color verde turquesa, con orillas formadas por costras salinas casi blancas, y con una alta concentración de sales en sus aguas, lo que permite flotar sin esfuerzo como si se encontrara en el Mar Muerto. Continuando hacia el sur se encuentran los Ojos del Salar, dos lagunas circulares, de agua dulce y de gran profundidad, donde el terreno se ha hundido y aflorado las aguas subterráneas.
La Laguna Cejar, es uno de los atractivos turísticos cercanos a San Pedro de Atacama, a unos 30 kilómetros de San Pedro de Atacama, donde contrastan el azul turquesa del agua, los cielos intensamente azules, el blanco de la sal, el amarillo y verde de los pajonales a orillas de la laguna y el rosado de los flamencos que se encuentra en sus aguas.
En la cuenca del Salar de Atacama, apenas se dejan apreciar celestes lagunas rodeadas de cristales de sal y calcio, alimentadas por un complejo sistema hidrológico.
Tres pequeños cuerpos de agua se dejan ver entre las breas, una leve brisa silenciosa acaricia los arbustos y el sol se levanta presuroso de su cuna en la Cordillera de los Andes. Los visitantes se acercan cautelosos a la orilla de la laguna y sus pisadas apenas dejan huella en la costra salina que, como un manto blanco, rodea el espejo de agua. Así se pueden describir estas bellas lagunas.
Los Ojos del Salar son lagunas del Salar de Atacama y se han convertido en una fuerte atracción turística debido a que en ellas se puede tomar un baño y sentir el efecto grabitatorio por la fuerte concentración de sales minerales en el agua. Conocidas como las lagunas de Cejar y Tebinquinche ubicadas en el sector norte del Salar de Atacama, a 30 km de San Pedro de Atacama. Se accede por un camino de arenales, en donde es posible encontrar fauna endémica del salar, es recomendable ir con guía, debido a la cantidad de caminos que lo cruzan.
Las formaciones geológicas de los cerros y terrenos adyacentes permiten comprobar los sucesivos aportes volcánicos en el área, también representado por el cercano volcán Ojos del Salado, cuya última erupción data de 1956.